Las piscinas de gresite se definen por tener un acabado compuesto de diminutas piezas hechas de vidrio reciclado, un tipo de material que puede fundirse a altas temperaturas y crear un compuesto vítreo que se distingue por su gran resistencia y características aislantes, convirtiéndose así en uno de los materiales más populares para la elaboración de los recubrimientos de piscinas.

Las piscinas de gresite o mosaico han sido muy populares, dado que este material es altamente resistente a factores externos como heladas, humedad o variaciones extremas de temperatura, lo que permite que nuestra piscina mantenga un aspecto impecable durante varios años.

No obstante, las piscinas de gresite son altamente duraderas frente a diversos fenómenos climáticos, así como a la intervención humana y al desgaste natural del tiempo, lo que las hace muy resistentes a los arañazos y a su deterioro.